lunes, 26 de febrero de 2018

Administración Pública y Burocracia en la historia (1). Poder político y religioso y su administración.



Gladden en Una  historia de la  Administración  Pública (Tomo 1 Desde los primeros tiempos hasta el S. Xl) afirma que  es claro que el funcionario se cuenta primitivamente entre los primeros profesionales. La popular pretensión respecto a considerar la prostitución como la profesión más antigua, no es por lo tanto idónea para someterse a una investigación concienzuda. Ciertamente las costumbres normales de la sociedad tribal conceden poco colorido a este popular eufemismo.  Quien  practicaba la religión, el shaman, fue el primer especialista. Su profesión, y no la prostitución, es la más antigua pues su  existencia ya se encuentra en el  pleistoceno tardío.
Gladden  considera que desde las civilizaciones antiguas la Administración fundamentalmente  ha venido prestando diez tipos de servicios básicos;          Administración general,Defensa,Administración local,        Producción, Abastecimientos,Comunicaciones,   Construcción,             Servicios sociales ,Relaciones exteriores y Religión. Desde  las primitivas civilizaciones se ha unido poder religioso y poder político en cuanto a que el monarca era un delegado del dios o dioses de turno para administrar el mundo. Los diversos chamanes  han estado muy unidos a la divinidad humana del potificex máximo, hasta tal punto que dentro de las primeras  tareas de la administración estaban la del propio poder religioso. Esto  ha sucedido con los sátrapas mesopotámicos, con  los egipcios  y chinos en las civilizaciones más antiguas. 
En la civilización árabe es clave el tránsito del Califato - institución religiosa - al Sultanato, -  institución burocrática y centralizada – como proceso de concentración del poder en manos del gobernante, porque las funciones generales del Califato recayeron gradualmente en el visir como el administrador de más alto rango. Los libros de administración musulmanes dan cuenta de ello y a la vez constituyen la creación intelectual administrativa más importante de la antigüedad.  Surgió así el denominado  Adab, un género literario con fines didácticos-políticos: formar a los reyes en el arte del gobierno. La obra más representativa de este género es Principios de administración temporal de Al Mawardi (974-1058), quien en dicha obra sintetiza  los fundamentos de la administración musulmana,  su organización, funcionamiento y procedimiento de trabajo.  
Esta vinculación con lo religioso esta también en  nuestro contexto occidental  hasta periodo tardío con la literatura del  espejo de príncipes español y  ciertamente también con la Ciencia de la Policía, al menos en su primera etapa y no tanto ya en  la policía ilustrada previa a la administración moderna. La personalización de la res publica en el príncipe – presuntamente virtuoso religiosamente - desaparece felizmente con la modernidad y la despersonalizacion del Estado que comenzó con la revolución francesa.  Por eso Bonnin nos dice en la introducción de su obra que  (…) La Ciencia de la Administración  es nueva. Resultante por entero de los progresos de la razón en materia de legislación y de organización política en los tiempos modernos; será para las generaciones futuras un monumento al talento de Napoleón, así como sus primeros ensayos fueron una de las ventajas  de la revolución de Francia.
Jamás ningún pueblo conoció los beneficios de una sabia administración, porque los legisladores siempre ignoraron sus elementos y sus principios: de ahí las vejaciones y los abusos de poder, de los que las naciones fueron continuamente víctimas en su interior, porque nunca leyes precisas y reglas fijas habían tratado los límites de la autoridad pública, ni determinado las relaciones de cada uno con todos (…)

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