domingo, 26 de noviembre de 2017

El buzón ético valenciano y los retos de la Administración Pública

Se anuncia un Decreto del Consell para  los próximos meses para el nasciturus 'Buzón Responsable y de Buen Gobierno' que como  aplicación telemática permitirá a la ciudadanía, a los empleados público comunicar aquellas conductas que consideren contrarias a los principios y valores éticos, a las reglas de conducta sobre el uso correcto de los recursos públicos, a la resolución adecuada de los conflictos de intereses, a la objetividad y la neutralidad en la gestión pública. Una suerte, se ha dicho, de 'buzón ético' que  asegurará la confidencialidad  de los  denunciantes.
El borrador justifica  el  mecanismo para impedir que los casos de corrupción que se silencian por mor al  miedo a la denuncia y para su conjuro se  garantiza la confidencialidad de sus comunicaciones y su identidad «salvo que resulte procedente la comunicación de los hechos y de las personas responsables, por motivos de una eventual responsabilidad disciplinaria o penal». En ese caso se asegura la protección efectiva de su integridad laboral, para que el denunciante no sufra represalias, discriminación,  acoso o cualquier consecuencia negativa.
El ya llamado buzón ético o anticorrupción  no obsta la  actuación del orden penal o de control administrativo ya existente y  los responsables del buzón comprobarán antes la verosimilitud de la información que se transmite, salvo que se evidencie su falta de fundamento. El sistema telemático tendrá la capacidad  de determinar qué denuncias  son verídicas o falsas, y según la  normativa únicamente se admitirán las comunicaciones que contengan una descripción suficiente que permita identificar la conducta y que resulte verosímiles, sea carentes de fundamento o notoriamente falsas o las que carezcan de contenido esencial, contengan lenguaje inapropiado e insultante,  sean manifiestamente repetitivas o tengan un carácter abusivo no justificado. La idea pretende que el buzón será capaz de discriminar si los comportamientos dudosos denunciados constituyen una mala praxis administrativa o pueden suponer un caso de conflicto de intereses o  de incompatibilidades. Ante la  presunta corrupción, se reenviará a la Agencia Antifraude o a la Fiscalía Anticorrupción. 
En primer lugar sea bienvenida cualquier medida tendente a evitar los comportamientos indebidos y como nos termina de  señalar Carles Ramió, en  La Administración Pública del Futuro (Horizonte 2050). Instituciones, Política, Mercado y Sociedad de la Innovación (Tecnos,  2017)  las Administraciones Públicas han entrado en un estado de crisis que puede ser muy profundo y peligroso, pero a la vez los cambios que vivimos podría conducirnos a un mayor  empoderamiento y expansión del Estado y de sus Administraciones  en el futuro. Entre las estrategias a seguir para  preparar esta Administración para la mitad del siglo están; la necesidad de diseñar  unos nuevos valores públicos y la futura lucha contra la corrupción así como futuros diseños organizativos y nuevos empleados públicos.
Este buzón se compadecería y reforzaría éticamente   con otras medidas tales como 
ü  Sistemas de protección de los propios funcionarios cuando reciben ataques de los políticos y utilizan su potestad fraudulentamente (carrera administrativa, derechos diversos, expedientes sancionadores,…) y sería muy bien venido un mecanismo contra la manipulación perversa, con antelación a la intervención pretoriana. y la par las conductas de los funcionarios indebidas deberían agravar sus consecuencias, sobre todo cuando hay daño a terceros o a la hacienda.   
ü  Reconocimiento de los derechos de los funcionarios sin obligarles a pleitear en tantos casos inútiles, ante la primacía de la hacienda pública.
ü  Premios constantes a la buena labor profesional de los empleados públicos.
ü  Reforzamiento de mecanismos plasmados de lege data que imposibiliten los nombramientos dudosos o injustos desde el criterio del  mérito, y sobre todo en los niveles directivos y predirectivos.

Tal y como hizo la Administración moderna  en el S. XIX diseñando  factores administrativos más eficaces o la Administración General del S. XX   en el énfasis sobre la eficiencia, hoy precisamos cambios en los factores para reforzar el aspecto ético,público y justo de la gestión. Las  experiencias previas supusieron cambios radicales  en el qué y en el cómo de la gestión pública de su entonces y en esta tarea sin duda emprendedores políticos coadyuvaron (Napoleón, Baron Von Stein,Wilson, Roosevelt, …) Por lo tanto un cambio a ciento cincuenta años después para  un mundo muchísimo más complejo  (diverso, fragmentado y dinámico) requiere de mucho talento y capacidad  de una parte,  y sobre todo de mucha complicidad por la otra, la sociedad como gobernada o gobernada eventualmente y en especial en su aspecto mercantil tanto de los negocios privados o  de los servicios públicos.

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