Garrido Falla en 1957, unos pocos años antes de la obra de
enterría ya afirmó la preferencia de
hablar de ciencias administrativas en lugar de ciencia de la administración
desde el parecer de que éstas no son sino las aplicaciones de otras ciencias al
estudio de la administración. según él la expresión ciencia de la
administración sólo debe emplearse en un sentido figurado y para hacer
referencia, a aquellos capítulos especiales de diferentes ciencias en que se
plantea la aplicación de las mismas a la administración pública. estas ciencias
supondrían un estudio sistemático de las siguientes cuestiones: estudio de la
administración pública como un complejo orgánico; el estudio de las técnicas de
que dispone la administración para intervenir en la vida social y, más
concretamente, para prestar los servicios públicos, con conocimiento de sus
ventajas e inconvenientes; y el estudio
de los fines que, en un determinado momento histórico, la administración
persigue o debe perseguir, y de las razones que lo justifican.
Es
conocimientos teóricos aquí aplicados a la administración pública serían principalmente
los elaborados por la sociología, las ciencias económicas y las ciencias
jurídicas.
Esta
significativa afirmación - que a mí juicio junto con los ya reiteradamente expuestas
de Dhal,Simon,Caiden, O’kelley - constituyen
el núcleo gordiano de los problemas epistemológicos de la materia y que como reto todavía no ha sido superado. Más bien es cada
día empíricamente contrastado.
Lo que ha sido un hecho es que desde Jordana de Pozas progresivamente
el Derecho Administrativo Español ha ido abandonando las
referencias a la Ciencia Administrativa en los manuales para estudiantes universitarios, de tal manera,
que pocos son los juristas españoles que tienen noticia de una Teoría política de la Administración Pública o
de una Teoría administrativa de la política. En su caso, es bastante más
conocida por los economistas, sociólogos de la organización, o ingenieros
industriales una Teoría general de administración o de organización.
No
obstante los trabajos específicos no
jurídicos como los de García de
Enterría, Alejandro Nieto o Garrido Falla
se ha mantenido esa tensión más recientemente y en las últimas ediciones o reimpresiones de obras generales como la deno puede obviarse
que algunos tratadistas si han tenido en sus manuales universitarios una
lectura mixta, o al menos, temas dedicados a la
Ciencia de la Administración en
diversas épocas del siglo XX. A partir de los '60 puede verse en ;
·
GARCÍA-TREVIJANO
FOS, J.A., Curso de Derecho
Administrativo, Tomo I, volumen 1. SEU, Salamanca, 1961.
·
CASTEJÓN
PAZ, B.,-RODRIGUEZ ROMAN,E., Derecho
Administrativo y Ciencia de la
Administración, Tomo I, ICE, Marqués del Duero, Madrid, 1969
·
BOQUERA OLIVER, J.M., Derecho
Administrativo, 3ª edic. IEAL, Madrid, 1979, pp. 97 a 112 (Capítulo V.
Ciencia de la Administración y Derecho
Administrativo) y 10ª edic. Civitas, Madrid, 1996, pp. 83 a 99
(Capítulo V. Ciencia de la Administración
y Derecho Administrativo)
·
GARRIDO
FALLA, F., Tratado de Derecho
Administrativo, Vol. 1,Parte general, 13 ed., Tecnos, Madrid, 2002, pp.168-187
(Cap. VII. La Consideración no jurídica de la Administración Pública: La
Ciencia de la Administración)
Las
consecuencias y síntomas en la actualidad académico-científica y práctica ha
sido recientemente descrito por Ramio Matas en La extraña Pareja. La procelosa relación entre políticos y funcionarios
de 2015 (cap. I) titulado "La dirección científica como objeto
científico: la enigmática Ciencia de la Administración" en el que pueden recogerse afirmaciones como las siguientes;
(…) los directivos y funcionarios no
encuentran referentes claros en el mundo académico que discutan con cierto rigor
formal y especialmente material los problemas a los que se enfrentan
… de vez en cuando se encuentran un texto, un
curso o una conferencia que les satisface parcialmente sus anhelos
… es un problema mundial con muy pocas excepciones
… la Ciencia de la Administración cada vez se aleja más del formalismo jurídico
y del enfoque histórico
… es tan inmadura que ni tan siquiera se pone
de acuerdo sobre su denominación (Análisis de Políticas Públicas, Dirección
publica, Gestión publica, Gobierno y Administración, Pública
… el caos está servido y el futuro de la
Ciencia de la Administración será
desastrosos: regreso al formalismo jurídico-publico y regreso a la gestión
privada
… si todo sigue así el lugar de los expertos universitarios será
ocupado por consultores y profesores de escuelas de negocios con planteamientos cada vez más discretos y
heterodoxos, con el consiguiente demérito de la importante función social de la
transferencia del conocimiento por parte de la Universidad (…)
Como
colofón puede decirse que lo descrito es tan patente en la praxis, que ésta lo
permite todo, como una esponja, con tal de que luego se escurra bien.
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