lunes, 11 de septiembre de 2017

Pensamiento administrativo de segunda generación (4) :Colmeiro y la denuncia de ausencia de una Teoría General de la Administración Pública.

Continuando con lo denominamos pensamiento de segunda generación hay que detenerse en la figura de Manuel  Colmeiro  quien  fue jurista  y economista español, profesor en la Universidad de Santiago de Compostela y en la de Madrid, además de  Inspector general de Instrucción Pública, diputado, senador,  fiscal del Tribunal Supremo y  uno de los precursores y sistematizadores del Derecho Administrativo en España.
COLMEIRO mantuvo  una  armonía entre Ciencia de la Administración y Derecho Administrativo, pero sin  un entusiasmo  hacia el mesianismo  de la Ciencia de la Administración  ni hacia el  intelectualismo  de Francia de aquél entonces, más allá de   citas  escasas y muy puntales.
COLMEIRO   criticó la falta de una Teoría General de la Administración Pública,  anticipándose a  otros autores en ese déficit (Langrod, Gasparri o Lessona) y su posición queda expresada en dos obras;
En su ‘Derecho Administrativo Español’ (4ª edic, Imprenta  E. Martínez, Madrid,1876)    dedicó su primera  parte a la Ciencia Administrativa,  ya que para él el Derecho Administrativo es la Ciencia de la Administración aplicada a un sistema positivo. La obra se ha  calificado de feliz armonía entra ambas disciplinas y  muestra de ello puede verse en estas afirmaciones;   (…) La acción administrativa debe ejercerse sobre los hombres y las cosas … La acción administrativa debe proteger la satisfacción de los sentimientos amigos de la sociedad, combatir los enemigos y moderar los propensos a un fácil abuso … El orden social exige que en vez de una pluralidad egoísta, reine en la sociedad la unión armónica de todos los intereses; y en vez del tumulto de las hostilidades individuales triunfe un gobierno unitario y una administración moderadora (…)
La obra  dispone de dos tomos cuyo contenido es el siguiente ;
 
·     Libro I. De la Ciencia Administrativa (dedicado al  Estado, Gobierno, Administración,  Acción administrativa, Caracteres generales de la administración, y  centralización )
·     Libro II. Del Derecho Administrativo.
·     Libro III. De la Organización y atribuciones de las autoridades administrativas.
·     Libro IV. De la materia administrativa (íntegramente ocupa el tomo II)
 
En la introducción indica que cuatro ciencias auxilian principalmente el estudio de la Administración: el derecho político, la jurisprudencia civil la economía pública y la estadística. La primera le señala sus fuentes, la segunda le traza sus límites, le comunica sus principios la tercera y la última comprueba los resultados con multitud de datos y noticias.
Siguiendo pues su sistematización en el capítulo III referirá a la  'Administración' en estos términos;
 
(…) La Administración considerada como ciencia, o la Administración pura, es «el conjunto de principios y reglas que determinan la, acción del poder público encargado de promover y fomentar el bien común, en sus múltiples y variadas relaciones con los derechos é intereses particulares.
…Y así como la religión determina nuestras relaciones para con Dios, la moral nuestra conducta privada, la justicia los derechos civiles y la política exterior el derecho común de las gentes, así la ciencia administrativa  estudia y señala las que deben existir entre el Estado y el individuo en todos los pormenores de la vida social.
…La Ciencia de la Administración abraza todos los intereses, las necesidades todas de la sociedad. Fomentar el bien, combatir el mal, ora nazcan de causas físicas, ora procedan de un origen moral, son los grandes problemas que se propone resolver (…)
 
Sobre el papel protector, omnipresente, solícito, custodio y demás equivalentes diría,
 
(…)La Administración como poder o la Administración aplicada acompaña al hombre desde la cuna hasta el sepulcro; y todavía antes y después de estos linderos del mundo, tiene deberes que cumplir, porque espera a las generaciones en las puertas de la vida y vela por su reposo en la mansión de los muertos.
La Administración activa es una verdadera providencia de los Estados, pues debe ser sabia, previsora, paternal y estar siempre despierta y presente en todas partes. Parece un ángel tutelar del hombre, porque a cada paso que damos en la sociedad corresponde un acto administrativo que nos. ampara ó nos reprime; de suerte que, en medio del mayor aislamiento de nuestros vecinos conciudadanos, cuando viajamos por un despoblado y nos consideramos solos en la tierra o lejos de la protección de toda autoridad, la administración nos sigue a donde quiera y asiste de continuo a nuestro lado (...)
 
El objeto de la Administración,   (…) son las necesidades materiales y  morales de los pueblos (…)
 
Y su fin, (…)  satisfacerlas con la mayor amplitud y a costa de sacrificios tan leves cuanto fuere posible (...)
Esto como  principio demanda  las siguientes explicaciones según el autor;
 
I. Por necesidades morales no se entienden sólo las relativas al corazón, sino además las que nacen del pensamiento ó las necesidades intelectuales.
II. La Administración no se limita a satisfacer las necesidades existentes, sino que también precave las futuras, pues uno de los caracteres de la acción administrativa es participar antes del régimen preventivo que del represivo más análogo a la naturaleza de la acción
III. En el número de estas necesidades no se cuentan sólo aquellas cuya satisfacción es de rigor para conservar la sociedad, puesto que también se comprenden las relativas a su progreso hasta llegar al mayor grado de perfección posible dentro de la imperfección propia de la naturaleza humana.
IV. Cumple a la Administración no acudir a la satisfacción de otras necesidades que las públicas, y de éstas, sólo atiende a las que no pueden abandonarse sin inconveniente y sin peligro a la actividad individual.
 
Aquí advertirá sobre una Regla general: “el gobierno jamás debe hacer lo que la sociedad sabe y puede hacer por sí misma”

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