jueves, 30 de marzo de 2017

Ciencias de políticas (2): El análisis de políticas




Como ya hemos indicado previamente las ciencias de  políticas surgen con la orientación (Laswell) de pasar del conocimiento  ‘de’ al conocimiento ‘en’ las políticas, para mejorar el proceso y el impacto de la decisión a través del conocimiento aplicado.  También sabemos que la propuesta sinóptica – denominada análisis de políticas - no fue la mayoritaria en el debate académico por su enfoque excesivamente científico, en contra del más político – denominado ciencias de políticas -.  
Par la Ciencia de la Administración  fue el análisis de políticas  el más propio de su enfoque, no obstante el conocimiento de los factores  y  restricciones en el proceso político. No se trata aquí de ver la intención de  un maniqueísmo entre la política y la ciencia, sino de conocerse las causas de todo lo que incide en el proceso político, máxime cuando se trata de la otra democrática frente a la decisionista totalitaria (vg. Carl Smith).
Instrumentalmente   el análisis de políticas es una técnica utilizada  para permitir el examen y evaluación de las opciones disponibles para implementar las metas políticas. Un  proceso de discernimiento intelectual  para determinar cuál de las diversas políticas alcanzará un determinado conjunto de objetivos a la luz de las relaciones entre los medios y los fines.
 El análisis de sobre una  política ya existente, será analítico y descriptivo, explicando su porque es así. Pero el análisis, en un segundo momento será prescriptivo sobre una política innovadora cuantitativa o cualitavamente.
Así hay que distinguir las limitaciones de todo tipo – análisis de factibilidad - en este propósito, de  la utilización perversa de la ciencia o de la política en una razón instrumental determinada que no respeta la razón material de su debe ser y que en el  caso de nuestro contexto socio-político  la normatividad exige la producción de outputs  para un mejor  servicio público a la sociedad democrática que buscara ahora  mejorar el bienestar social.
Von Misses  ya afirmaba en su Burocracia, gestión empresarial y gestión burocrática (1944) que los gobiernos no eran omniscientes tal y como querían hacer vernos los planificadores – como podía ser los sistemáticos o los sinópticos posteriores.  Más tarde  Mintzberg en “Una estrategia emergente para la política pública” (Gestión y Política pública IV-I,1995)  ante  la imposibilidad de  estrategia deliberada, intencional, una norma de acción sumamente racional (de invernadero), apuesta  por una  de tipo  emergente, que vaya adaptándose a nuevos ajustes surgidos en el procesos, sin dejar de responder a un propósito  deliberado.  El citado autor se consideró falaz y no valido en la praxis el sistema  presupuestario PPBS y los intentos de McNamara por los modelos analíticos en la política y  que el sistema nunca fue un medio para crear estrategias ni para formulación de políticas. Más   bien un mero sistema de programación y presupuestación pero no de planeación.

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