martes, 17 de mayo de 2016

Democracia o Decisionismo y Estado Total (3)



Todo apunta que no es teoría para el cross modern caracterizada por un pluralismo fruto de la globalización  y los avances en el pensamiento por mor de la modernidad. Pero la tentación  de derivas decisionistas ante el debacle democrático, muchas convertido en un sistema dirigido por castas que no se ocupan del demos, está ahí, bajo múltiples especiales y camuflajes.
De otra parte no son vanas  las posiciones críticas con la democracia real más próximas a poliarquías  (descrito por Dahl para EEUU)   y cierto elitismo según Mosca.  Y el resultado de ajuste partidario mutuo  como conformador de las políticas públicas tampoco es desechable.
 Me temo pues que el decisionismo no siendo teóricamente entusiasmante,  no queda muy lejos de las prácticas reales que vemos demasiadas veces en la democracia en las que las que mayoría absoluta, el pretorianismo militar, la captura de las políticas por grupos de poder y las demás perversiones dejan en manos de  un pocos la decisión critica.
La fórmula decisionista clásica,  se encuentra en  la expresión de  Hobbes(cap. 26 del Leviathan) “auctoritas, non veritas facit legem”, esto es la autoridad y no la verdad o la justicia determinan la ley. A favor del decisionismo se  argumenta que nunca es posible resolver los problemas  por la mera reflexión racional, sino que llega el momento de decidir y que el citado Hobbes consideraba como una racionalidad éticamente neutral la que estaba al  servicio del natural egoísmo humano y resolver así mediante el cálculo de  adecuación de los medios a los fines. Así también se ha argumentado cierto decisionismo en la razón práctica de Kant o en la racionalidad instrumental de medios a fines weberiana.
Podría añadirse que la propia democracia también contempla  la posibilidad de decisiones  no deliberativas en el propio sistema institucional político-administrativo, se supone que la bondad del decisionismo propio de un Estado Total residiría  en  no hay costes de transacción para la toma de decisiones (ponencias,debates, comisiones,…) sino que de toman por un ente más eficiente, sobre todo sin lugar a rupturas ni desavenencias. La decisión es fruto de la racionalidad casi absoluta y por tanto eficacia y eficiencia, a  la par. Aquí se obviaría, el coste de diversos inputs necesarios  para contentar al pluralismo, a la poliarquía, las élites, a las resistencias frente a los cambios. Pero sobre todo,  ahora, la máquina de ejecución administrativa funciona como la línea de producción empresarial, sin fisuras, ni averías, pues todos están unidos en cumplir la decisión.

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