miércoles, 6 de abril de 2016

Puntos de vista en el análisis crítico del papel de la Administración Pública

En el foro mundial académico Research Gate ha surgido otras cuestión clave suscitada a la comunidad académica en torno al rol de la Administración Pública.
Responder a ello es  reflexionar sobre ¿se ha terminado el Estado Administrativo? ¿Se extinguió la nueva gestión Pública el día que la UE o EEUU rescataron a la banca o las grandes industrias? 
Responder  invita también a elegir  a elegir  si en realidad existen aún dos grandes cosmovisiones, aquella que está de acuerdo con esta frase  “No quiero abolir el Gobierno”, “Me conformo con reducirlo hasta un tamaño que nos permita ahogarlo en la bañera”. Esto lo dijo en el 2002  G. Norquist, uno de los políticos más influyentes en la Administración de George W. Bush y promotor de las rebajas fiscales para el ciudadano. 
O aquella Geraldine J. Fraser-Moleketi     Braibant  Lecture (Congreso IIAS 2011 -) que  (…) Sufrimos aún en algunos lugares un fuerte  ataque  contra el Estado administrativo, que vio la luz del día durante la Gran Depresión y prosperó en el camino de la reconstrucción post-guerra, la descolonización y los esfuerzos de desarrollo, durante los años 1950 y 1960 (…)
Responder  significa  analizar las estrategias de Modernization of the State en torno  al downsizing, defunding, and devolution (D3), y frente a esto qué ha sido de las propuestas reconnecting, reconceptualizing, and reengaging(R3).  Conéctese con la propuestas de Trust in Goverment en las diferentes foros (ONU,OCDE, IIAS)  y piénsese si el gran enemigo de la Ciencia de la Administración  y de su modelo de Estado, es el del político dominante y porqué.
La falta de confianza en los gobiernos y en el Estado  como ente colectivo tiene su origen en la perversión de la acción política de la que es su expresión más  conocida la corrupción, pero no la única de esta perversión. La intelección holística de esta perversión depende de muchos criterios o de la adecuada o la fatal  elección de uno de ellos. A saber, el factor cultural, el institucional, la relación con cosmovisiones religiosas, la necesidad de supervivencia  si realmente hay Estado y proyecto colectivo o una visión muy individualista, sectario, grupal….
Me refiero, por ejemplo, a que puede entenderse que exista corrupción  en un Estado fallido, con altos índices de pobreza y de una distribución injusta, niveles muy bajos de moralidad política. Pero no se entendería tanto en naciones ricas con un bienestar alto, salvo que existiesen superestructuras económicas, culturales o religiosas muy permisivas o ambiguas  con los comportamientos antisociales.


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