jueves, 22 de octubre de 2015

Nuevos vinos en odres nuevos (4): Ética, Democracia y análisis: Triunviros para una ortopraxis



Un enfoque de ciencia de políticas puede mediante un análisis con variables sencillas,  mostrar la insuficiencia del aparato decisor, el malgasto, la corrupción y otras disfuncionalidades. Un metanálisis dejaría en evidencia la diferencia entre lo adoptado y lo óptimo.

Lo óptimo hoy pasa por el análisis de prospectiva para condicionar nuestro el futuro. Ya en 1990 Y. Dror en Enfrentando el futuro, hablaba de la necesidad de fijar el futuro como disciplina académica, de superar la obsolescencia gubernamental, de mejorar los roles de los think tank y de algo tan recurrente como de la planificación y de la estrategia. El futuro hoy es pensar sobre la metamorfosis del trabajo y su incidencia en el welfare/workfarestate; es pensar sobre la capacidad del cerebro humano; la ecología o el conflicto de civilizaciones,… Simplemente es pensar en la generación inmediata.

Ya  resulta  obsoleto es la acción de gobierno orientada hacia el uso interesado del poder  pues ya conocemos su frutos en los últimos cien años y también los de quienes han creído y comprometido en lo colectivo obstante. La innovación – y hoy con buena dosis de inconcebible/impensable - estaría en hacer real la misión gubernamental única del servicio y que ya sabemos que incluso supuso – muy utópicamente - el inicio de la Administración moderna. Así que un cambio incremental pero radical, más allá de la transparencia y otras modas  sería institucionalizar la despolitización de la Administración Pública con una sana y real separación política-administración y en y, para ello, la institucionalización de la obligación del análisis y evaluación científica de la acción pública. La verdad científica dice que está mal lo que no sirve, no lo que hacen los contrarios, eso lo dicen las perversiones fanáticas e las ideologías.

No existe pues capacidad ni intención de analizar científicamente – con método ad hoc – lo que hacen los gobiernos.  El análisis o evaluación de la acción pública no es en general y de manera notoria en nuestro país una actividad  institucional generalizada  con  vocación de integrarse en la Gestión Pública y en el funcionamiento del sistema, como instrumento de  conocimiento inteligente para mejorar la acción.

  Conociendo el origen de las Ciencias de Políticas, en la actividad analítica hay ideología basada en los valores de la democracia, con su axiología inherente, concretada en los deberes de los políticos  y lso derechos de la ciudadanía.  Si revisitamos los orígenes de la disciplina en especial lo que se contrae a su conceptualización autentica, primigenia, originaria  en los ’50-‘60 (Merrian, Laswell, Dye,Lowi,Lindblom, Dror,Allison, Landau,Forester,Dahl, Majone,Meltsner,March  y Olsen,Behn……) vemos que se propone – con sus no pocas  dificultades -  hacer análisis científico y no usar las políticas como discurso de marketing político.

Charles Merriam – influenciado por las teorías democráticas de J. Dewey  - fue el infatigable animador de  la Oficina Nacional para la Planeación de Recursos (NRPB) como "una agencia asesora de planeación que busca el mejor uso de los recursos nacionales, naturales y humanos" para él – afirmaría  en Systematic Politics, 1945 -  sería posible hacer uso completo de la ciencia y de la democracia al efectuar una planificación dirigida  una expansión de la producción   para incrementar la justicia y la distribución de la riqueza nacional, con el fin de aumentar los niveles superiores de vida, como la  libertad, la dignidad y su derecho  a participar en la vida pública

Merriam, y su alumno  Harold Lasswell, insistieron en la necesidad de producir  conocimiento auténticamente científico y que sólo así se podría contribuir a mejorar la calidad de la vida política y a corregir los eventuales defectos del gobierno democrático. Merriam, afirmaría con convencimiento que  "a menos que se incorporen a las operaciones del gobierno mayores dosis y niveles de ciencia, la civilización corre el tremendo peligro del capricho, la ignorancia y de la pasión". (cfr "Relatoría de la Conferencia Nacional sobre la Ciencia Política . "Progress Report of the Commitee on Research", en American Political Science Review, (Mayo,1923), 

Para él con perspectiva de futuro, la planificación inteligente implicaba  prestar atención sistemática al crecimiento de las ventajas de la civilización, al modo y rango de su distribución, y a los principios de justicia y libertad. En su aplicación práctica esto requería que el gobierno garantizara  la seguridad en el empleo, normas mínimas de salud, educación y seguridad social,  igual acceso a las oportunidades del desarrollo de la potencialidad  creativa de la personalidad humana.

En suma  en la patrística del enfoque científico de la acción de gobierno ya hay una  visión muy esperanzadora y utópica  de la democracia, auxiliada por las  ciencias sociales  posibilitadoras de  la planificación política. Por eso no puede separarse el análisis científico de la cosmovisión democrática, pues su ejercicio es consecuencia de la legitimación democrática de exigir resultados y un buen gobierno. Toda obstrucción a esta tarea es contrademocrática.



El movimiento de las ciencias de políticas- como reacción a los estudios sociales y jurídicos de los años veinte y treinta -  fue un movimiento hacia el conductismo multidisciplinario,  en el sentido más básico, su punto de partida era la conducta humana, que tiene muchos determinantes interconectados: políticos, legales, sociales, económicos y psicológicos. A principios de los años cincuenta, Lasswell, Lerner, Dror, o Kaplan, respondieron al reto con un conductismo de segunda generación que denominaron "ciencias de política", añadiendo  a los fundamentos teóricos del primer conductismo un énfasis mayor sobre las cuestiones de política y sobre el papel del científico de las políticas. El énfasis en las políticas significaba garantizar que la atención de los problemas y la búsqueda de soluciones no se perdiera en el análisis "científico".

Sobre la Evolución de modelos y enfoques para el análisis de la “acción pública” y el surgimiento de alternativas más oportunas  - en términos de negociación, pluralismo, factibilidad,proceso social – o de situaciones de caos organizativo, nos remitimos  a nuestro trabajo publicado en   GAPP , Nueva Época, nº 12, 2014).

Si bien  la pérdida del entusiasmo cientificista, hizo surgir con fuerza   un enfoque de formulación de políticas basado en lo que se ha denominado como “Giro Argumentativo (Argumentative Turn) y que engloba a diferentes enfoques  en el análisis y planificación de las políticas  haciendo hincapié en el aumento de la relevancia de la argumentación, el lenguaje y la deliberación en la formulación de políticas. Este enfoque – con origen en la frustración del enfoque neopositivista -  argumentativo integra sistemáticamente cuestiones empíricas y normativas en un marco metodológico orientado hacia el análisis de la deliberación política. Se muestra muy receptivo al contexto situacional y los múltiples tipos de prácticas de conocimiento involucradas en cada etapa del proceso de la política, llamando la atención sobre las diferentes formas de argumentación, persuasión y justificación.

En esta nueva dinámica hay  un  intento de conectar el ser con el deber ser, articulando y potenciando una nueva racionalidad que sirva para la prescripción. En lugar de pretender un análisis de políticas, como ejercicio intelectual orientado a encontrar un racionalismo maximalista, muchas  veces imposible por las restricciones en la racionalidad, lo que corresponde es una respuesta más política, con argumento, discurso y deliberación (Fischer, Forester,  Gottweis, Majone)  sitúa el análisis en el marco del gobierno democrático, que adopta decisiones mediante la discusión y deliberación pública, resultando central en la política democrática la argumentación.

En lugar de una estrecha visión de la democracia como transacción de intereses, es más propio la oferta recíproca de razones y de  argumentos públicos, peor que al afectar a la colectividad, requieren ser explicadas,transmitidas, argumentadas, y objeto de persuasión ya que el gobernante piensa en su bondad.

En suma – en coincidencia con el modelo previo de Vildawski del análisis como proceso social o de interacción  hay que explicar  al ciudadano el que y el porqué de cada política o de aquellas más significativas o de cambios o sacrificios importantes. La máxima racionalidad (eficacia/eficiencia) no puede ser en topo caso la búsqueda analítica, al  encontrarnos con otros valores (equidad,legalidad,normatividad, solidaridad, sacrificio,compromisos,…). Cabe pues  distintos análisis, según el ‘que’ de las políticas, lo que no cabe es no hacerlo.


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