martes, 14 de julio de 2015

Mas ciencia en la Administración Pública (3): Cambio de actitud y de aptitud para el Cross Modern

Es momento en que la ciencia juzgue a la política y como ya sucedió en 1840, fecha en la que el pueblo español renegando  de la política, empezó a poner sus ilusiones en la eficacia de una Administración, que practicada por personal capacitado, le trajese no solo la paz y buen orden que son la base de todo bienestar, sino el mismo bienestar y la prosperidad en todos los aspectos a que puede tender la humana inclinación. En España la década prodigiosa de 1840-1850 española produjo un pensamiento administrativo en el que las diferencias entre la Ciencia de la Administración y el derecho eran inútiles e innecesarias.
Desde un enfoque sistémico-funcional-contingente sobre el fenómeno administrativo y nuestro entorno inmediato, podríamos desde una lectura neoconductista sobre el comportamiento político-administrativo - no obstantes sus limitaciones -  formular una suerte de  hipótesis  o  prehipótesis fuertes en torno a las siguientes cuestiones, son fruto de la observación directa, comprobación, deducción e inducción;
- La corrupción en un sentido  funcional, como una perversión de los fines a conseguir mediante determinados recursos ordenados, no es de la  Administración Pública,  sino sistémica. Ni la  Administración  ni el mercado satisfacen necesidades reales de las personas, al contrario las crean. (Como sucede con la radiografía o cesárea que no es necesaria, el impuesto injusto, el interés particular en lugar del sustentado en el bien común, el técnico que cobra el doble por una pieza de repuesto sin valor añadido, ello, la Universidad que ofrece formación específica sin estar capacitada, los servicios religiosos bajo precio como ha denunciado el actual Papa …)
- La creación de puestos de trabajo del modelo  industrial, ha sido sustituida en buena parte por la creación de la necesidad artificial de bienes y servicios, la economía sumergida, la corrupción, el neofeudalismo, el crimen organizado, el engaño. Y a este juego se apuntan todos, posiblemente por supervivencia. El sistema económico-social es sustancialmente depredador lo que tampoco es nada nuevo en la historia, aunque ahora innecesario y más bien explicable en aquello de que los vicios privados generan virtudes públicas  como bien se explica en la fábu8la de las abejas de Mendeville.
- En términos ortoprácticos, lamentablemente in mala partem, el  liberalismo económico actual es un rotundo fracaso. Necesita para subsistir de  monopolios, de intervenciones públicas, de subvenciones o de restricciones a la  competencia. Con  Von Humbolt y  Smith  y  una Administración Pública de mínimossobre las actividades definitorias de ROSE, no se puede  utilizar la Administración Pública como empresa de una facción política.
- Esta convicción en la historia es la que arrumbó a la Ciencia de la Administración  - y en especial a Von Stein, atrapado entre el marxismo y el derecho liberal -  y la eclipsó detrás del Derecho Administrativo. Ni Forsthoff pudo conseguir la ‘vuelta a Stein’, ni Jordana de Pozas la ‘vuelta a Colmeiro’.
- Las  alusiones al modelo liberal lo son porque en el ‘limbo administrativo actual’, este modelo  ahora es el único que puede condicionar un modelo administrativo inmediato – con su filosofía y   argumentación administrativa propia –ante el  colapso el telón de acero,  desnortada  la socialdemocracia, adulterada la democracia cristiana y agotada la  tercera vía.
- La Ciencia de la Administración  en su dimensión política fundamentalmente  pretendía una organización colectiva moderna para el progreso humano individual y colectivo que demandaron las revoluciones políticas y sociales de 1789 y 1848.  La fundamentación teórica de la Ciencia de la Administración  conlleva  una dimensión aplicativa en el momento político de asunción de los cambios institucionales (equidadparetiana,bien común,buen gobierno,…)  para que luego sea aplicada la técnica en la organización (eficacia, eficiencia, tecnología,…)
- Si el momento político está ocupado en sus luchas democráticas por el poder republicano, no se ocupa, ni le interesa  el cómo  hacer las cosa mejor. Es más le  preocupa de que una instancia de autoridad epistemológica y/o deontológica le diga cómo hacer mejor las cosa evidenciando al perversidad de su labor.
- La utilización por  una facción política de la Administración Pública como empresa de poder económico, institucional o contrapoder frente a otros, es en el tiempo similar a las luchas consulares de la república (Mario vs.Sila, Pompeyo vs. Sertorio,Marco Antonio vs. Octavio,…) Es democráticamente  un fracaso reconocer que los desarrollos administrativos en la historia, vinieron fundamentalmente con fórmulas monocráticas tales como la de Octavio Augusto, Napoleón o Mussolini. No obstante podemos apuntar al haber democrático en términos de mejora administrativa –cuantitativa y cualitativa - el New Deal y el modelo de postguerra europeo (socialdemocracia -, democraciacristiana-neocorporativismo) Finlandia en su crisis de los ’90 y Noruega con su pacto social 1999-2005 merced a un gran pacto social.
-  En el sistema socio-económico de hoy – más causal que casual - no existe en el acervo sociológico dominante una creencia en la presunción de la buena fe contractual, la confianza legitima en la  Administración, la conformidad a derecho de los actos administrativos,… y demás principios socio-jurídicos destinados a promover el desarrollo económico. Por el contrario sí  hay presunción de buen hacer en las aplicaciones tecnológicas, soluciones técnicas, de la denominadas ciencias empíricas, positivas,…
- El sistema político-administrativo es incapaz por el momento para gestionar en términos de gobernabilidad, los retos del cambio de era (cross modern) y, en especial, su impacto en el sistema económico.
 - El sistema no ha colapsado a pesar de la ineptitud/corrupción gracias al equilibrio de poderes, y en especial al pretorianismo judicial reparador. Más que nunca en la actualidad es palpable aquello de que ‘Juzgar a la Administración es también administrar’, como ya nos dijera la Ley francesa de la Asamblea Constituyente de  24 de Agosto de 1790 y artículo 44 de la Constitución napoleónica del año VIII).
- Fruto del abuso del poder administrativo y de la vulneración de los principios constitucionales del mérito, imparcialidad, … es el cambio en la jurisprudencia del Tribunal Supremo de los últimos años rectificando a la anterior doctrina de la discrecionalidad técnica que postulaba la exclusión del control judicial de las calificaciones de los exámenes y de las pruebas de aptitud e idoneidad profesional por tratarse de juicios técnicos que los tribunales no pueden criticar y, menos aún, corregir. La nueva jurisprudencia exige expresar las razones, no meras puntuaciones, y no duda en sustituir, incluso, los juicios emitidos cuando sea evidente su error.
- Todo apunta a que al político común  no le interesa la Ciencia de la Administración porque le resta poder y arbitrariedad y  le impide protagonismo en la decisión, y en buen parte,  también sucede,  con el funcionario que es soberano en su  técnica. Ello sin hablar de las desviaciones y perversiones que no solo obvian la ciencia sino también el derecho.
- Sólo los políticos capacitados en aptitud y actitud para la Gestión Pública desean  contar con el mérito a su lado y poder obtener el  máximo fruto de la dimensión aplicativa de la ciencia, al maximizar el resultado de sus decisiones, en términos de racionalidad organizativa – eficacia factible y eficiencia posible -, y lo mismo, con los funcionarios porque su técnica será fácil como consecuencia de la ciencia aprehendida.
- Lo que en sociología de la organización se llama identificación normativa y  compliance de sus miembros es  incrementada en función  del poder administrativo y compensación económica dentro de la organización. La identificación ideológica – política, religiosa, institucional, axiológica -, desaparece cuando la organización atenta al patrimonio material del individuo o cuando ya se ve protegido por ella.
 - Lo anterior se explica también en sede de sociología de  dominación weberiana  y significa que el único orden predictible hoy, es el legal burocrático. Sin embargo este es fungido  por el  carismático y tradicional  en función de factores que deberían estar  superados para estos tiempos de las sociedades avanzadas, esto es el miedo y sumisión para la supervivencia.

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