miércoles, 29 de julio de 2015

La amenaza del escepticismo (1): Senda hacia individualismo

Leemos en prensa nacional del fin de semana tres noticias-opiniones-artículos que muestran lo que sucede al sistema socio-político.
(...) un país de políticos de moral tan endeble como los nuestros, con tramas que, como la Púnica, demuestran que la España del pelotazo sigue gozando de inmejorable salud, nada nos gustaría más que creer al Rey cuando dice que en España cumplir la ley es "ineludible". En realidad, estamos en una competición por eludirla.
Nuestros políticos siempre han buscado lo contrario: asegurarse un trato privilegiado, haciendo que las carreras de los magistrados dependan de sus decisiones y obligándoles a definirse políticamente para entrar en el juego de los premios y castigos. Si la estrategia no les ha salido bien del todo es porque la magnitud del saqueo de estos años lo hacía imposible y por la dignidad de magistrados dispuestos a sacrificar futuros ascensos por un concepto de la justicia  (...)
(...)El Efecto Dunning-Kruger, nos muestra que las personas con pocas capacidades o conocimientos, creen que tienen más capacidades y conocimientos de los que efectivamente poseen, y viceversa: quienes son más competentes, tienden a subvalorarse. ¿A qué se debe?
...
Las conclusiones básicas de dicho paper se resumen que, para cierta habilidad o área de conocimiento, los individuos incompetentes:
1.   Son incapaces de reconocer su propia incompetencia.
2.   Son incapaces de reconocer las genuinas habilidades del resto.
3.   Son incapaces de reconocer hasta qué extremo son incompetentes en el tema.
De otra parte también leemos que (...) el sistema sobre el que se asienta nuestra existencia padece en la actualidad una profunda “crisis institucional”. La oleada de escándalos y corrupción ha provocado un sentimiento de frustración e impotencia generalizado. La gente se siente engañada y estafada. Está muy harta de escuchar tantas mentiras. De ahí que cada vez más ciudadanos estén dejando de creer en las organizaciones establecidas.
… En medio de este turbulento escenario social, político y económico están surgiendo nuevos mensajes y consignas para afrontar con una nueva actitud los cambios que se avecinan (...)
Ya hemos señalado que los enfoques jurídico-institucionales no son suficientes para explicar la existencia de las instituciones - solo Dios se justifica asimismo - , sino que en un sociedad en cambio la instituciones se  justifican por sus fines, objetivo  y funciones, es decir lo que aportan a sus miembros y lo que aportan al sistema social. Así una universidad forma intelectualmente a sus miembros y esta formación redunda en su sociedad más culta y menos violenta. Una secta religiosa construye fanáticos, les sustrae y el dinero y la sociedad sufre sus violencias,... Un colegio que forma mal a sus alumnos, ..., un partido político que ..., un club deportivo, que ...
  Por lo tanto siguiendo algunos postulados teoréticos y dada la praxis empírica todo hace pensar que lo que mejora el enfoque tradicional es un combinación de un enfoque sistémico-funcional-contingente, para la responder al qué y al cómo en nuestro contexto.
La Ciencia de la Administración    en sus últimos trabajos empíricos nos ha demostrado (Pollitt y otros ,2010) que en el contexto europeo esperamos demasiado de los políticos, habida cuenta  para lo que en realidad están  capacitados. Dice el informe de referencia que  no hay evidencias convincentes sobre la disposición (actitud) o capacidad (aptitud)  de los  responsables políticos para convertirse en gestores estratégicos.
La estrategia y táctica que necesitamos aquí y ahora es la de prevenir las nuevas realidades que son muy complejas. Con lo que tenemos - seguimos con posibles casos de corrupción en la realidad inmediata, los jóvenes con más talento  que sus generaciones pasadas siguen sin ser el objetivo de los empleadores, más brecha social, conflictos religiosos, la economía en un mercado agonizante con prácticas colusorias de la competencia y la buena fe y un descredito de lo público que invita a una posición generalmente escéptica a los  proyectos colectivos.
 Ciertamente la historia nos demuestra que las organizaciones han sido el camino natural  de la codicia, vanidad y gloria de individuos, que las virtudes publicas tiene su origen en los vicios privados (Mendeville, dixit) que el mal  se viste de seda y de luz y se oculta en lo organizativo y lo institucional.
Yo que  me encuentro   escéptico  por  científicamente absorto ante la realidad,  creo que es un dilema de muy difícil factura, romper con el escepticismo colectivo, pues si en épocas pasadas se resolvía buscando al enemigo en el exterior (el hostes que esta tras la puerta) ahora no siempre puede buscarse un enemigo responsable de todo el mal, máxime cuando es de los nuestros

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