viernes, 5 de junio de 2015

Informes autoconfirmatorios vs. Análisis comprensivo-sinóptico (y 2)

Sin duda la falta de ciencia o técnica en la gestión Pública es la causante de no  pocos errores en las decisiones que generan injusticias, ineficacias o sobre costes en los factores administrativos  el mejor de los casos. Cuando una decisión se muestra compleja por múltiples razones se acude a método científicos como puede resultar de  los  análisis comprensivo-sinópticos y evaluar desde ellos todas las consecuencias entre unas u otras alternativas (en suma, hacer, no hacer o hacer distinto). Puede que simplemente se recurra  a la técnica, solicitando un saber específico para tomas una decisión (TAGS, TAE,Nomotécnicos, expertos en contenidos sustantivos, …) pero lo que no es aceptable, ni tan siquiera en el arte de los diletantes, es tomar las decisiones y luego buscar su legitimación formal.
Muestra de ello puede verse en un ilustrado blog sobe Derecho Administrativo en la entrada     “Hablando clarísimo de los informes en la Administración” (http://contencioso.es/2015/06/05/hablando-clarisimo-de-los-informes-en-la-administracion/)
En la misma se dice (…) Hay un inmenso trasiego de informes jurídicos, económicos y técnicos en los expedientes administrativos que de forma silenciosa y discreta contribuyen al acierto y legalidad de la actuación pública (…).
Se destacan una serie de actuaciones poco éticas y respetuosas con nuestra carta magna, como por ejemplo (…) No pedir informes a quien sospecha los va a emitir de forma desfavorable (…)  Solicitar informes de forma engañosa (…) Recibido informe desfavorable, se recaban más informes “bajo precio” de algunas consultorías que practican el “daltonismo jurídico”
Se destacan tres  maneras de informar  (…)  Informes de Ciencia. Son los informes objetivos, formales y rigurosos, basados en técnica y método científico. En ello está pensando el Legislador,  Informes de Complacencia. Ni son informes objetivos, ni son informes con poso ético. Son informes “a la carta”, donde primero se tira la flecha y luego se manda al informante que dibuje la diana a su alrededor. En ellos está pensando el mal político para alcanzar sus objetivos. Informes con Paciencia. Son los informes emitidos por el funcionario técnico, que se debate entre una autoridad exigente, unos eventuales que interfieren, unas consignas políticas y escasos medios técnicos y/o jurídicos. En ellos piensa el buen funcionario cuando le apremian para que emita su informe de forma urgente (…)
Estos informes son realizados por (…) funcionario ya libremente designado (…) funcionario buscado (…) Consultoras de nombre prestigioso (…) Catedráticos de Derecho Administrativo (…)  Abogados del Estado en excedencia (…)  juristas que ocuparon altos cargos en la Administración y se montaron el chiringuito  (…)  se pagaban a precio de oro y además facturado de forma fraccionada para sortear los límites a la contratación menor)
Siendo (…) el encargo de informes jurídicos externos (y aquí pecan todas las Administraciones Públicas) es una práctica reprochable e incongruente con criterios de eficacia, imparcialidad y legalidad (…)
Tales informes  externos cumplen alguna de las siguientes finalidades (…) Robustecer criterios políticos (…) Sortear informes técnicos poco cómodos (…) Trafico de influencias y prebendalismo para políticos en el banquillo
Por otra parte se sostiene que las ventajas de la emisión de un informe jurídico por un funcionario cualificado (…)produciría un ahorro considerable (…)  Se reforzaría el papel y autoestima funcionarios (…) dotaría de mayores garantías a la objetividad (…)  El informe gozaría de mayor solvencia
En definitiva, (…)  el problema supone un coste tremendo para la Administración. Un coste económico por duplicar gastos públicos en dictámenes caros de complacencia. Un coste político porque posibilitan la toma de decisiones que en ocasiones, tras superar la vía administrativa, tropiezan con el severo corrector anulatorio de los Tribunales.
En suma como ya he sostenido que la ineptitud es más peligrosa que la propia corrupción, toda vez que esta última no se contrae sólo a lo que vemos en los medios, me complace dar cuenta de la opinión de  personas con conocimiento de la praxis forense, en este caso un Magistrado del orden contencioso, de sobra conocido, y al que le honra su valentía, ingenio y laboriosidad. Y en esa labor bloguera  difunde lo que ya conocemos pero no podemos decir, por aquello de la discreción profesionales y otras motivos, pero que están tan arraigados, como esos impuestos que no tiene contraprestación o esos servicios de corporaciones de derecho públicos que no se prestan materialmente y solo sirve para recaudar y legitimar.
Esta labor de limpieza es lo que corresponde a los gobernantes de los próximos ocho años, en una alianza de políticas institucionales de largo recorrido como son las constitutivas, cuyos ciclos vitales sobrepasan  los políticos. Deben recuperarse los presupuestos normativos de la acción política; los teoréticos recogidos entre otros por Weber o Wilson o la escuela de Whitehall  y los legislativos de nuestro sistema positivo. Los tiempos vividos en nuestra región muestran empíricamente una correlación entre decisiones erróneas y los informes autoconfirmatorios de mercenarios, agradecidos o talibanes ideologizados.
Un nuevo ciclo administrativo ha de seguir al político y después de  terminar con la corrupción bananera, zafia, hortera  y vulgar  que hemos visto, ahora hay que terminar con esta otra más sufrida, y quienes la han practicado son autores o coadyuvantes de esta forma de prevaricar más sutil.  Para estos también la partida ha terminado   y ahora debe empezar el tiempo científico, como aquel de principios del S. XX.

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