domingo, 22 de febrero de 2015

La caída de los dioses (y 2): liderazgo y comportamiento organizacional

Sobreviven los reyezuelos (dioses menores) porque no  hay auténticos líderes (dioses mayores) quienes son convenientes incluso en las sociedades burocráticas – papel que Weber relega idealmente a los políticos como emprendedores sociales- .Estos no deben distinguirse  por su talento innato o su dominio técnico – rol weberiano del científico ideal -, sino por su capacidad de inspirar en otros energía, pasión y entusiasmo. Y estos sentimientos se extienden rápidamente en los equipos de trabajo, estimulando a los demás hacia la esperanza del logro de objetivos colectivos. Por eso no debe  importar la crítica constructiva  - aunque moleste psicológicamente -porque esta redunda bondadosamente al final en su proyecto.
Como en nuestro sistema el político dirige la Administración, ésta se ve inmediatamente afectada, y de esta inmediación en los ’50 el neoconductismo tras las experiencias del New Deal apostó por una Ciencia de políticas positivista (MERRIAN, LASWELL,…) y que merece una relectura para nuestro días desde la propia actualización de la teoría del comportamiento.  
No obstante, lo que parece no haber fallado en las experiencias de buen gobierno desde el nacimiento de nuestra civilización en el S. IV AC es lo referente a  la ética del modelo de liderazgo ha de concurrir  dos clases de autoridad; la deontológica y la epistemológica; es decir, la del  actuar y la del saber, la de la potestas y la de la auctoritas. Prototipo de actuación que ha de reflejarse especialmente en el personal que haya de ejercer funciones directivas públicas y   recordemos ahora que por la mejor doctrina (GARCÍA DE ENTERRÍA,1999) ya se ha consideró como principal problema de nuestra Administración la ausencia de un cuerpo general directivo y el diseño de estudios adecuados al efecto (NIETO GARCIA,2002).Buena ocasión se perdió al hilo de la LOFAGE en 1997).Los políticos  que nos hablaron de ella en el seminario ad hoc de la UIMP, obviaron el tema por completo. El directivo como líder intermedio es un buen estimulador  para el líder superior.
  Compromiso y liderazgo no son términos  sinónimos. Compromiso gerencial es más estricto que liderazgo gerencial. El liderazgo gerencial sólo es posible si promueve y sostiene profundos cambios organizacionales. La autoridad del líder va más allá cuando genera una clase de confianza que permite influenciar en los miembros de la organización. Esta confianza se basa en una triple dimensión; técnica, psicoafectiva y ética.
Frente a estas notas lo que caracteriza  a estos que se creen dioses es lo mismo que lo hace en los personajes de la obra de Visconti; su posición de input del sistema de poder político. Si tienen o no virtudes subjetivas, poco sirve pues se  pervierten en su orientación al servicio del mal gobierno. Les caracteriza la ambición desmedida, su ego, su estar en contra del ser del ‘otro’ más apto o mejor.
El resultado es que en sus funciones directivas ni se representa a la sociedad, ni se la defiende de quien gestiona mal el crédito democrático. Un sistema administrativo no puede funcionar bien, cuando está politizada su función pública, no está bien formada y su dirección no es profesional, ello da lugar a nombramientos de oportunistas de siempre, siempre dispuestos cual ejercito de reserva ‘proletario’ en términos marxianos.
Hoy  una formación de posgrado especializada en gestión pública  con los contenidos que se proponen científicamente (vg. teoría del comportamiento,análisis decisional, economía aplicada,modelos analíticos, gestión del liderazgo intermedio estructuración organizativa, sistemas organizacionales clásicos y comparados, dinámica de sistemas, …) puede ser  coadyuvante  de un cambio radical que termine con la inmoralidad y la ineptitud dominante en los últimos años. Tienen que caer los dioses y quienes los mantienen, y ha de ser los resortes del propio sistema – la antecitada tecnoestructura – quienes lo  propicien y legitimen. Pero en  esta labor innovadora de creación de un triunvirato estratégico (líder político-directivo, órgano tecnoestructural) la Universidad y los centros formativos para la Gestión Pública tiene que hacer notables esfuerzos y desprenderse también de ciertos lastres si quiere estar a la altura del reto.

(Cfr.     MERRIAM, C. E, Políticas sistematicas, 1945.     LASSWELL, H.D.,  La orientación de políticas, 1951; GARSON,  D., De la ciencia de políticas al análisis de políticas: Veinticinco años de progreso, 1986; ASCHER,W., La evolución de las ciencias de políticas: Comprender el surgimiento y evitar la caída,1986;  GARCÍA DE ENTERRÍA, E., La Administración Española. Estudios de Ciencia Administrativa,  1999. NIETO GARCIA, A., Los estudios sobre la Administración Pública: La necesidad de construir una disciplina que se la base formativa de una clase directiva profesionalizada,  2002;  BOYATZIS, R. E.; GOLEMAN, D. Y MCKEE, A., El líder resonante crea más,  2002)

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