domingo, 5 de octubre de 2014

I Congreso Internacional sobre calidad democrática, buen gobierno y lucha contra la corrupción CEU-UCH (1)

La Universidad UCH-CEU  para los días  27 y 28 de noviembre de 2014  y en la sede del  Palacio de Colomina C/ Almudín, 1 de Valencia  tiene programado un congreso sobre  diversos aspectos que giran en torno al título del congreso;  análisis del estado de nuestra democracia;  actuación del Gobierno, proyectos y resultados, y pautas de estratégicas de la oposición; relación Estado- mercado y sociedad;  regeneración democrática;  liderazgo político; gobernabilidad de las sociedades y territorios; mecanismos de control y rendición de cuentas; capital humano; experiencias comparadas;  captura de políticas; responsabilidad y lealtad institucional; desconfianza y desencanto con las instituciones,etc. El desarrollo de programa queda expuesto en este link  http://www.uchceu.es/actividades-culturales/2014/congresos/i-congreso-internacional-sobre-calidad-democratica-buen-gobierno-y-lucha-contra-la-corrupcion/inicio.

Muchos enfoques puede darse a la actividad pero para mí visto, sobre todo nuestra experiencia autonómica,creo que debe resaltarse el factor ‘ineptitud de la gestión pública’ en buena parte de los niveles de actuación del  sistema  político –administrativo. Dicho en términos weberianos haya una falta de racionalidad en la adecuación de medios a fines, en la que funcionarios y/o políticos están muy lejos de los tipos ideales como metodología de sociológica compresiva. O como diría, Renata Mayntz  nos encontramos ante un problema de estructuración organizativa idónea  para el logro de objetivos.  Esta ineptitud es sistémica claramente, tanto de nivel macro/supra o micro.
Cuando  un representante político se pregunta o afirma   que "algo hemos hecho mal cuando nuestros votantes han dejado de apoyarnos", hay que ponerse a temblar porque o hay necedad o cinismo, cuando la evidencia de la ineptitud sistémica – de peores consecuencias que la corrupción, sino una manifestación y/o consecuencia de ella - es tal que puede encontrarse familias  de votantes habituales que, por ello, en las pasadas elecciones europeas  han votado mayoritariamente a opciones antagónicas – por apariencia de antisistema –.
La ineptitud no es sólo doméstica y próxima, es algo bastante común al fenómeno de la NPM que mas allá de ser una mera moda administrativa – con cierta ideología perversa, no ha podido in bona partem superar  las patologías del modelo tradicional, (el interés de grupo, lentitud, ineficacia, rigidez o escasa adaptación a los cambios externos, captura de políticas.
En el estudio comparado sobre las reformas de Gestión Pública de 12 países de la UE – no está España - (Pollitt,C-Bouckaert,G., 2010. La reforma de la gestión Pública.Un análisis comparado, Inap. Madrid, 2010)  puede verse que;
·     No hay evidencias convincentes sobre la disposición o capacidad de los
·     responsables políticos para convertirse en gestores estratégicos.
·      Lo mejor que puede decirse sobre los modelos de reforma a los que se
·     acogen los políticos es que su validez no está demostrada.
·    Existe una fuerte necesidad de contar con un modelo más realista sobre el
·     rol que los políticos pueden y deben desempeñar en la dirección del aparato estatal.
·      Los modelos tradicionales no es que sean tanto incorrectos como inadecuados para los tiempos actuales.
·      La preparación de los políticos para el desempeño del cargo público ha sido en muchos países un área abandonada por las reformas… la desconfianza hacia ellos puede sustentar razones democráticas sólidas para hacer de su preparación un punto fundamental del debate público.
Asimilar todo esto supone la poca esperanza de que el pervertido sistema político-administrativo actual se puedan encontrar respuestas sinópticas, compresivas, articuladas, proactivas, sistémicas, prospectivas, estratégicas  o de semejante fuste, pues los que están no tienen aptitud o no pueden hacer uso de ella y quienes podrían, no están.
Ya en 1947 con mucho acierto se manifestó que estamos muy lejos de una Ciencia de la Administración Pública, ninguna es posible a no ser que, entre otras razones la naturaleza del ser humano en el área de Administración Pública ha de ser mejor comprendida y su conducta más predecible (Dahl,R., “Ciencia de la Administración Pública: Tres problemas”,Public Administration Review, VII,1-11.1947). Lo que no deja ser verdad, en esta y otras ciencias sociales, pero no es menos cierto que el comportamiento de los políticos en términos de actitud y/o aptitud así como, también las buropatologías condiciona al sistema administrativo de manera determinante en la implementación de políticas, otrosí del factor cultural.
Para Fayol a la Ciencia de la Administración no le ha cabido duda de que el éxito en la gestión no tiene nada de difícil, es simple consecuencia lógica de la aplicación de los principios de Administración. Si bien la capacidad de administrar es un arte y una habilidad que se aprende, esta praxis, cuando está totalmente divorciada del estudio es probable que se vea afectada en sus resultados, como igualmente el estudio sin método, a través de la práctica, sea acaso estéril y engañoso (Urwick, L., Los elementos de la Administración,Pitman & Sons, Londres 1961).
Y esto guarda, a mi juicio estrecha relación con un argumento recurrente en este blog  el “bucle reformador” del que habla el gran pensador contemporáneo Edgar Morin.

 

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