jueves, 17 de julio de 2014

¿Podemos terminar con la corrupción en la Administración?: El último dominó.

Ya conocemos el fenómeno de ‘Podemos’ sobre  el escenario político y gran parte del ambiente social. Si entrar en detalles no me extraña y nadie le debe sorprender so pena de que sea un necio o un ignorante. Cualquier politólogo conoce escenarios previos y similares denunciados por Herman Heller o Salvador de Madariaga a inicios del S. XX.
Podemos hacer muchos cambios si queremos, con ‘Podemos’ o sin ellos o contra ellos –pues  incluso se reivindica un podemos para la derecha - , lo cual casa muy bien con aquello  de que los cambios se  hacen desde el poder para seguirse perpetuándose en él, como así ha sucedido en la historia de los cambios sociales (leyes de pobres inglesa, leyes sociales prusianas, …).
Pero ahora debe abogarse por un cambio inmediato en el manejo de la Administración Pública. Todo apunta a que sí podemos terminar con parte de la corrupción, como parece que sí lo está haciendo cierto muy bien  pretorianismo judicial. Hoy mismo la prensa apunta otro caso más en nuestra CV, y lo que te rondaré.
En el conjunto nacional ya existen más de 1.700 causas abiertas por corrupción según se reflejad en el informe Corruption Report 2014 elaborado por la Comisión Europea, que revela que los españoles perciben un elevado nivel de corrupción en nuestro país. Mientras en  el el ámbito UE  un 76% de los ciudadanos comunitarios manifiesta tener la sensación de vivir en un contexto de corrupción generalizada. En España la cifra alcanza el 95% y es tan sólo superada por Grecia (con un 99%) e Italia (con un 97%).
 España ya ocupa el puesto 40 de un total de 176 países al escalar del 136 al 40 en los últimos 5 años, y según  el CIS es el segundo problema que más preocupa a los españoles después del desempleo
Por no hablar del fraude en el sector privado, que supera al público, en el que el engaño es una de  las fuente principal de ingresos (sobre precios, comisiones, blanqueo de dinero, pago de servicios innecesarios –pleitos, pruebas analíticas, peritaciones, comprobaciones, certificaciones, …-  Ya lo dijo pues Mendeville en su Fábula de las abejas.
Podemos terminar con la corrupción siguiendo a Maquiavelo en su Discurso sobre la década de Tito Livio  donde deja claro que las buenas instituciones y las buenas leyes transforman a los hombres en virtuosos, porque los buenos ejemplos y las buenas leyes infunden renovación y alejan la  corrupción. Buena muestra del positivismo ético es el Code of Ethics for Goverment service de 1958, aprobado conjuntamente por el congreso y senado  estadounidense del que merece mostrase sus diez puntos;
1. Prestar lealtad a los más altos principios morales y al país per encima de la lealtad a las personas, al partido o al departamento del Gobierno.
2. Defender la constitución, las leyes y regulaciones legales de los Estados Unidos y de todos los gobiernos correspondientes, y nunca actuar en su contra.
3. Realizar un trabajo a jornada completa a cambio de un pago per la jornada completa, prestando su mayor esfuerzo y atención al desempeño de sus funciones.
4. Buscar y empezar formas más eficientes y económicas para realizar las tareas encomendadas.
5. Nunca discriminar injustamente  a nadie realizando favores especiales o concediendo privilegios, ya sea a cambio de remuneración o no; nunca aceptar para sí mismo o para la propia familia favores o beneficios que podrían ser interpretadas en ciertas circunstancias por personas razonables como capaces de incluir en el desempeño de sus funciones gubernamentales.
6. No hacer promesas privadas de cualquier tipo vinculantes para las funciones dc su puesto, puesto que un empleado del gobierno carece de palabra privada que pueda resultar vinculante para su servicio público.
7. No participar en ningún negocio con el gobierno, directa o indirectamente, pues ello  es incompatible en el desempeño de su función.
8. No utilizar nunca información que le llegue confidencialmente en cl desempeño de su función como  medio para lograr  ganancias privadas.
9. Revelar la corrupción dondequiera que sepa de su existencia.
10. Apoyar estos principios, siempre conscientes de que el cargo público es la consecuencia de un acto de confianza pública.
Con el respeto de estos preceptos o similares no es necesaria, en lo que a la corrupción afecta, la ley de transparencia y buen gobierno, los gobiernos abiertos,… sin perjuicio  de sus bondades, pero debe hacerse constar que esta normativa comparada es  consustancial a la Administración progresiva en el  marco de la teoría clásica, y  que tiene poco que  superar.
Este decálogo   puede ser un buen examen de conciencia para el político al uso, autoevaluándose del 1 al 10, y me barrunto, que en el mejor de los casos, estaríamos sobre el 5 justito, como media.
En cualquiera de los casos, los sistemas caóticos per sé, terminan autodestruyéndose por mor de las entropías endógenas, por ello es de esperar que corrupción, como las mafias, el crimen organizado, las sectas,  suelen acabar comidas por sí mismas  por una suerte de  teoría del domino, en las unos arrastran a otros.
¿Quién será el próximo o el seis doble  en el último dominó?

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