martes, 22 de abril de 2014

La Administración Pública; ¿Oximorón,Babel u obra humana? (2)

El problema de verdad de cualquier organización vienen cuando no se quieren ver los problemas, - ISP (Ill structured problem); no se ve el problema, no se quiere ver o se enmascara, como sucede en la mayoría de los discursos institucionales de mostrar en el peor de los casos la  botella como medio llena.
Ya sabemos que la racionalidad óptima no existe en política, aunque solo fuera porque ni se tiene tiempo, ni toda la información ni la capacidad intelectual para evaluar todas las alternativas posibles. Los modelos de máxima racionalidad (normativo óptimo, sinóptico, raíz comprensiva, Modelo I de Allison, … son de imposible implementación. Pero entre estos y el cubo de basura (Garbage can) o el incrementalismo simple existen métodos intermedios. Pensemos por ejemplo en uno que siguiese el análisis incrementalista  estratégico y comenzar con algo así como “Houston tenemos un problema”. Este problema –siguiendo el modelo analítico de Lindblom, de limitar las alternativas, aunque profundizando en ellas, podría quedar fijado/acotado en una situación institucional de bloqueo que pasaría por lo siguiente;
1) Las instituciones están actualmente por ser más instrumentos de poder, que de servicio a la ciudadanía,
2) Esto no es democrático,
3) Hay intereses personales y de grupo en mantener el estatus quo de ‘desorden establecido´, el cambio será generacional o desde fuera,
4) La ciudadanía no cree en el sistema, se abstiene de votar y no quiere contribuir fiscalmente (evasión fiscal, economía sumergida, contabilidad B,…)
Las estrategias para terminar con el problema fijado pasaría por  establecer enfoques analíticos teóricos, más  confluyentes que antagónicos o alternativos, y en todo caso,   con la doble pretensión descriptiva/prescriptiva;
 
 1) La botella medio llena.- Hay espacios temporales,geográficos,funcionales, orgánicos donde sí se sabe lo que se hace, aun a sabiendas de que no es lo óptimo.En ellos la  Administración Pública  no sólo es eficaz, sino eficiente. Es masproactica y prospectiva, si bien es cierto que lo es donde menos luce, donde menso puede (defensa exterior, seguridad e inteligencia nacional, transporte) incluso en políticas sustanciales como educación y sanidad. No se hacen las cosas como en Utopía de Moro o la ciudad de Dios de San Agustín, pero en no pocos espacios en nuestra España estamos a la vanguardia de muchas cosas, es más somos la envidia en algunos aspectos, e incluso no son ciertos los espejismos de afuera. Hay motivos para esperanza, a pesar del retroceso económicos, hay progreso social (menos violencia –75 años de paz seguidos - las solidaridad familiar es muy alta, más empatía social, educación y sanidad universales prácticamente, … Y en todo caso, administrativamente  somos consecuencia de la cultura mediterránea, con sus bondades y debilidades.
b) Administración Pública como Torre de Babel.-   Como se manifestado en buena parte de  este Blog – sin agotar la problemática en ello -  en la  Administración Pública se hablan lenguajes distintos no sólo semánticos, sino antitéticos y contratradictorios. Los conceptos  político, económico, técnico, sociológico, jurídico, no sólo son imprecisos sino retóricos, apriorísticos y pseudocientíficos. Pretender legitimar intereses partitocráticos,plutocráticos,hierocráticos,aristocráticos,ideológicos. Bajos los mismos se albergan perversiones patrimoniales, económicas, clasistas en  todo el espectro, en realidad alejadas del interés…
Algún autor reconocido ya dijera (…)La Torre de Babel comenzó a ser edificada cuando, en el ámbito académico universal, la administración pública fue siendo reemplazada por el management público como una supuesta disciplina alterna. Antaño la administración vinculaba a una diversidad de culturas administrativa, y del tal modo, la inglesa publica administration significaba administration publique en francés, así como administración pública en el español y administraçao pública el portugués. Esas voces significaban pubblica amministrazione en i taliano, y hasta el alemán contaba con el vocablo administration como sinónimo de su nativo verwaltung (...)(Cfr.  GUERRERO OROZCO,O. El management público: una torre de babel, México, 1998.)
MONTESQUIEAU en la edición de 1757 de El Espíritu de las Leyes diría;  “Yo he tenido ideas nuevas: ha habido necesidad, por tanto de encontrar nuevas palabras o de dar a las antiguas nuevas significaciones”.
Así GARCÍA DE ENTERRÍA en La lengua de los derechos  (2001),  afirma  que fueron  418 palabras las que cambiaron el mundo, al socaire de la revolución francesa. Revolución que  también fue  lingüística al institucionalizar nuevos conceptos para un estilo de vida en libertad. Una lengua de los derechos, daría un nuevo sentido y alcance a las ideas y conceptos de ‘igualdad’, ‘libertad’, ‘derecho’, ‘ley’, ‘poder’ ‘asamblea’ ’constitución’, ’responsabilidad’ de tal manera que el lenguaje mismo serviría de instrumento del cambio político y social con un nuevo Derecho Público, anclado en el principio de legalidad como requisito del ejercicio del poder y a la vez de la garantía de los derechos y libertades que institucionalizarían derechos subjetivos, instrumentos presentes en la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1879.
 

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