domingo, 6 de abril de 2014

Gobernanza y Gestión Pública (y 3): El metagobierno


Para ello, en primer lugar, la  Administración  debe ofrecer lo mejor de sí misma, si quiere exigir del resto de actores compromiso de lealtad institucional. ¡Qué daño hemos hecho a este país y a nuestro partido permitiendo que recién licenciados ocuparan Direcciones Generales¡  dijo un presidente autonómico en su día. Ni directores, ni asesores, ni contratistas, ni jefaturas de servicio… Un recién licenciado no puede sino estar gradualmente iniciando una carrera en lo público. Como un becario no puede dedicarse a la docencia, más que parcialmente, por eso existen los contratos de formación, de prácticas, los aprendices,…. Un político como líder emprendedor no puede – ajuste de la ley electoral – acceder a un puesto de responsabilidad sin haber demostrado  su capacidad en  la sociedad con anterioridad. Los méritos de becario, interino, asesor, juez sustituto, político, órgano consultivo, meritorio o fallero, no sirven ya para la gestión política/directiva  actual. Hay que buscar una especie de MIR para gestión política. Yo desde luego desaconsejaría  a actores no gubernamentales, implicarse en  proyectos públicos dirigidos por  personas no aptas para el desempeño, como desde luego  votaría óptimamente  a quienes incluyan candidatos con  aptitudes o actitudes virtuosas, conocidas de antemano.

En segundo lugar, estos directivos aptos sabrán cuando deberán iniciar un proyecto bajo la modalidad de Gobernanza, y para ello no podrán recurrir al  análisis incremental  simple, pensando en una solución para ‘salir al paso’. Seguramente el método raíz o de racionalidad comprensiva (vg. las políticas del New Deal) no será posible, al no darse los presupuestos de máximo tiempo, máximo información, máximos recursos, análisis exhaustivo de todas las alternativas) pero sí pueden encontrarse móndelos normativos intermedios. Así puede verse en la ‘exploración combinada’ de (Etzioni), en el ‘modelo de política racional’ de Allison, el ‘Incrementalismo de Lindblom de segunda generación’ (exhaustivo o estratégico) y sobre todo el ‘Modelo normativo óptimo’ de  Dror. Las notas diferenciadoras de este son la  clarificación de valores, objetivos y criterios de decisión; Identificación de alternativas; Cálculo preliminar de los resultados; consenso en los analistas; incremento del análisis; decisión en función de la información teórica y empírica; mejora del decisión-making desde la experiencia, iniciativa, creatividad, desarrollando de los skills directivos y promoviendo el esfuerzo intelectual

La tercera característica sería la de establecer instituciones, (procesos y estructuras) que garanticen que en el juego de actores gubernamentales y no gubernamentales, se preserve el interés público (Neoinstitucionalismo Estratégico) y no quede todo en la dinámica del cubo de basura o anarquía organizada, en la que sustancialmente  se busca  un problema para una solución.

El Neoinstitucionalismo Estratégico se presenta como mecanismo para transitar hacia el segundo y tercer nivel de gobernanza, señalados. Desde la construcción del aspecto procesal de la acción de gobierno, creando instituciones ad hoc para asegurar la gobernabilidad en una gestión de redes con alto grado de riesgo y estrategia  que se ofrece  por mor de la   complejidad, diversidad, dispersión, fragmentación, por no hablar de los intereses ocultos  y perversidades de ciertos actores. Aporta y exige reglas de juego para la policy network y establece estructuras organizativo-institucionales, que  gestionen y controlen los fines y los medios, sobre todo teniendo en consideración especial que el estilo final de gobernabilidad ha de ser  muy cauto según la tipología de  los actores y tener especial cuidado de la relaciones interadministrativas con actores políticos heterogéneos.

En definitiva y en síntesis, el Neoinstitucionalismo Estratégico, desde un enfoque contingente y sistémico puede aportar, no sólo la creación y el reforzamiento institucional, sino elementos para el ‘meta’ gobierno , para que;

1) La Administración no pierda su papel predominante en cualquier contexto de gobernabilidad.

 2)  Se incorporar y consensuar en el  diseño estratégico de innovación política  aquellas propuestas de los actores que redunde claramente en el interés general pretendido, de un desarrollo sostenible y crecimiento del bienestar integral compartido.

3)  En la gestión de redes de asuntos  con actores heterogéneos, implica el que  predominen siempre los intereses generales o públicos, que excederían de los intereses concretos territoriales o de grupo. 

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