domingo, 14 de noviembre de 2010

La corrupción de la alfombra

Las Provincias, opinión, 13 de noviembre de 2010

En el mes de octubre y con ocasión de la inauguración del primer curso de la Escuela de Alta Gestión Pública de Andalucía, un ex presidente de la Junta andaluza ha manifestado que el "El liderazgo político se acredita en momentos difíciles, contando la verdad a la gente". Valiente evocación de aquel ‘sangre, sudor y lagrimas’ de Churchill, dicho en momentos bastante más difíciles que los actuales. Reconozcamos un avance dentro de la dinámica negacionista del retroceso del wellfare state.
Todavía mejor avance sería un speech parecido al de Sir William Churchill de 4 de junio de 1940 con aquello dicho ante la amenaza de la invasión germana en la denominada batalla de Inglaterra ‘…we shall figth on the hills, we shall never surrender…’. No estaría mal su evocación actualizada algo así como “..ni en los Ayuntamientos, ni en las Comunidades Autonomas, ni en las sociedades públicas, y menos todavía, en los consejos de administración de empresas o en las juntas de las fundaciones públicas, no nos rendiremos jamás … frente a la corrupción.
Esto de que los ‘Políticos son el problema o la solución, se ha convertido en una frase muy recurrente en estos tiempos de desolación política y económica y cuyas causas habría que buscar tal vez en la previa desafección de valores políticos y sociales. La Política como Profesión da nombre a una conocidísima conferencia que Max Weber pronunció, casi tres meses tras la finalización de la Primera Guerra Mundial, en el invierno de 1919, tras la invitación de la Asociación Libre de Estudiantes de Munich y a una juventud que había dejado las armas y se encontraba en un país completamente trastornado, e inestable, y sumamente volátil en el entorno de la república de Weimar. Weber entre otras cosas diría que se vive para la política o se vive de la política. Para él dicha distinción que no es en absoluto excluyente, más bien, generalmente se hacen las dos cosas, al menos idealmente y, en la mayoría de los casos, también materialmente.
Creo que predominando quienes ‘viven de’ o al menos este momento en quienes también lo hacen para, me da la sensación, de que éste es el problema más que la existencia en sí de políticos. Si no hay políticos sólo cabe la solución tecnócrata o militar, éstas no suelen dar buenos resultados a la larga. Igualmente el problema puede estar en encontrar buenos políticos, y puedo asegurar de que estos existen, ya que lo he comprobado personal y profesionalmente. Otro problema es que algunos lleven ya tantos años y no se vayan definitivamente, cual gerontocracia soviética. Me parece que es una corruptela del sistema democrático el secuestro y captura de la acción política por una generación además de la suerte de cooptación institucionalizada para los puestos vacantes que se producen.
Un muy estimado amigo y profesor universitario, a quien considero de esos buenos políticos y que durante los años de la joven democracia española, vivió para la política desempeñando un alto cargo en la Administración Pública del Estado, me hablo hace tiempo de lo que él denominada ‘ la corrupción de la alfombra’. Con ello se refería a una sutil situación de apego al cargo, por mor de la erótica del poder y que especialmente se da en quienes en sus hábitats naturales no suele haber alfombras.
Regresando al auditorio de Weber de 1919, aquellos jóvenes - anarquistas, nacionalistas, comunistas, conservadores, socialistas, creyentes, ateos, protestantes, católicos,… - aspiraban a producir los cambios políticos que la sociedad reclamaba de manera furibunda en un clima de intolerancia política, extrema violencia, y Weber les dio respuesta valiente. En la historia no sólo Weber y Churchill han hablado con franqueza y valentía, otros, incluso han actuado con coherencia.
Ahora con esta declaración sobre la conveniencia de líderes francos tenemos un primer escalón en los que nos dicen lo que debería ser un buen político (momento ideal), falta el segundo (momento dialéctico) y el tercero (momento de acción). Hasta que se analice el resultado de la consulta pública europea sobre el posible establecimiento de un mecanismo de lucha contra la corrupción en seno de la UE, habrá que cuidar las alfombras, ahora que viene el invierno.

http://www.lasprovincias.es/v/20101113/opinion/corrupcion-alfombra-20101113.html

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