viernes, 20 de marzo de 2009

¿Dilemas en el ejercicio del gobierno?

ABC,Comunidad Valenciana

Lunes, 23 de julio de 2007

Ya tenemos nombramientos y perspectiva de la configuración organizativa de la Administración autonómica de los próximos cuatro años, sin perjuicio de los ajustes in itinere a resultas del desarrollo y/o modificación de los respectivos reglamentos orgánicos y funcionales de los respectivos departamentos. Supuesta la bondad del diseño primigenio hacia la mejor administración valenciana, habría que huir de una doble tendencia, en sí mismas contrapuestas: El papanatismo y el chauvinismo.
Se llama papanatismo a la actitud que consiste en admirar algo o a alguien de manera excesiva, simple y poco crítica. En los últimos tiempos ha habido excesos de esta actitud en cuanto a los procesos de la llamada modernización administrativa. Uno de ellos, es la asunción de las experiencias foráneas, sin modelizaciones previas que nos permitan anticipar dentro lo previsible, si van o no a encajar. Hay pues un cierto papanatismo por lo extranjero en algunas materias de la Gestión Pública, que se lleva muy bien con la legendaria expresión unamuniana de «que inventen ellos». Por otra parte el chauvinismo de lo nacionalista, autóctono, auténtico, autárquico y otras ideas semejantes, se compadecen mal con la idea de apertura, globalización, progreso compartido en un mismo acervo político-administrativo.
Como dijo D. WALDO la Administración Pública es la organización y dirección de hombres y materiales para lograr los fines del gobierno y el arte y la ciencia de la dirección aplicada a los asuntos del Estado.En el modelo social de derecho, es entendida como la parte encargada de su acción interior en orden a la función de configuración social permanente de estabilidad y progreso en la comunidad.
Reclama pues la cuestión que abordamos, la necesidad de innovación constante en la Gestión Pública y que a buen seguro necesitará del intercambio de experiencias y el acierto de experimentar algunas de ellas, para su extrapolación a nuestros diferentes contextos (Agencias, empresas públicas,desarrollo y cohesión territorial, relaciones interadministrativas, gestión de recursos...). Pero lo que no debe ocurrir es la traslación isomórfica de experiencias de contextos diferentes, distintos y distantes, para justificar la innovación cualitativa o cuantitativa.
Lo deseable es diseñar y construir con técnica propia o foránea, pero que al final sea bien moldeada y encajada en nuestra realidad. El ingenio reside en ser capaces de encontrar con la horma del zapato que necesita nuestra sociedad. Tan ingenioso es extrapolar una idea prestada pero bien encajada contextualmente, como ingeniárselas para encontrar el producto autóctono e innovador que va a generar un buen impacto en términos de gestión.
Lejos de modas pasajeras ya en revisión, la auténtica Gestión Pública, debe entenderse como conjunto de decisiones, estratégicas y técnicas dirigidas a gestionar y administrar la organización Administrativa Pública con la finalidad de satisfacer las necesidades sociales dentro de los principios/parámetros de legalidad eficacia, eficiencia y equidad. Parámetros que no son constantes sino variables en cada legislatura en función de las opciones partisanas triunfantes. Va de suyo, que todo esto es bastante más complicado, que gestionar organizaciones privadas, pues los recursos son escasos, la economía y el derecho fijan sus reglas y la sociedad cada día exige más por menos.
Y. DROR, una de las voces internacionales más autorizadas en teoría de la gobernabilidad actual ha acuñado el término de «reformcraft» para realzar la importancia en la gestión gubernamental del desarrollo de nuevas técnicas de dirección estratégica. La estrategia política requiere de proyectos y los proyectos necesitan de procesos estratégicos y éstos, de estructuras de autoridad y comunicación, para traducir los deseos en acciones, y éstas en impactos satisfactorios para la ciudadanía destinataria.
Para el mantenimiento armónico y/o equilibrado de los principios de la gestión pública surgen dos cuestiones de especial importancia y dificultad; El primero denominado «Problema de Arrow» consiste en analizar cómo los grupos de personas pueden tomar decisiones que satisfagan las condiciones de una función de bienestar social sin su imposición por medio de la autoridad. (seguridad vial, medio ambiente, justicia conmutativa y otros ejemplos objeto de políticas)
Según la «eficiencia paretiana» una asignación es eficiente cuando no es posible reasignar los recursos mejorando la posición de un sujeto sin empeorar la de otro. Como resulta muy difícil sustituir unos bienes -públicos o privados socialmente preferentes- por otros, sin merma de los primeros, el arte consistirá en no gastar recursos en aquellas arenas en las que la ciudadanía se autogobierna, o dicho de otra manera, se autorregula evitando gastos públicos. (podemos verlos con los mismos ejemplos)
La estrategia puede consistir en ir sumando actores para la gobernabilidad, (sociedad civil, tercer sector, mercado no salvaje...) que permitan el aprovechamiento de sinergias e interacciones externas sin reducir los inputs públicos asignados a programas previos y, por ende, ya comprometidos en supuestas buenas políticas. De otra parte la sociedad civil «in genere» puede debe contribuir a la gobernabilidad desde un uso responsable de lo público, contribuyendo a restar recursos para su reasignación a otras arenas.
Lograr esto no es fácil, hacen falta estructuras y procesos adecuados, pero más todavía, recursos humanos dotados de habilidades específicas, y desde ello recordaremos aquella cita de J. CASTILLO DE BOBADILLA en su «Política para Corregidores y Señores de vasallos» de 1750 de que «no puede dexar de sentir en esta parte en nombre de toda la república el gran descuido, y no se si es malicia, que muchos corregidores tienen en acompañarse con tenientes idiotas que totalmente carecen de ciencia y de experiencia y de entendimiento...y esto porque son amigos, deudos, y allegados, o están rogados los corregidores, o por ventura dadivados, o engañados con falsas relaciones o por particulares intereses».
Por alguna razón semejante ANTONIO DE GUEVARA un siglo antes en sus «Epístolas familiares», diría «Creedme señor, y no dudéis que el arte de gobernar ni se vende en Paris, ni se halla en Bolonia, ni aun se aprende en Salamanca, sino que se halla con la prudencia, se defiende con la sciencia, y se conserva con la experiencia».
Así que, hic et nunc nos quedamos con el arte, el ingenio y la ciencia como buenos deseos para nuestros gobernantes autonómicos de los próximos cuatro años y denostamos el papanatismo y el chauvinismo como ejercicio de estrategia para «salir al paso».
Publicado en http://www.abc.es/20070723/valencia-valencia/dilemas-ejercicio-gobierno_200707230245.html

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